Resumen
En el proceso de institucionalización del corregimiento guipuzcoano a fines del siglo XV e inicios del XVI, los problemas y desajustes fueron relativamente frecuentes, llegando a su cenit en 1520, cuando el nombramiento de Cristóbal Vázquez de Acuña derivó en una coyuntura bélica interna. No en vano, los corregidores debían ejercer sus funciones teniendo en cuenta el contexto que se vivía en los ámbitos donde ejercían la justicia, pues existían multitud de intereses, entre ellos los de las oligarquías y élites, que no eran siempre homogéneos. A través de estas líneas nos vamos a centrar en uno de esos episodios, acaecido en la segunda década del siglo XVI, y en el que podemos constatar divergencias internas entre las oligarquías de las villas.
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