Resumen
Este artículo tiene por objeto presentar cómo fue la creación icono-gráfica de la figura de San Ignacio en los primeros tiempos después de su muerte, de su beatificación y de su representación en el primer retablo que se erigió en su pueblo natal de Azpeitia el año de 1613. El relato se completa con las fiestas que se realizaron en honor al nuevo beato. Se describen de forma destacada las circunstancias de la venta del viejo retablo y de su traslado a la Basílica de los Santos Mártires de Azkoitia. El motivo de la venta por parte de la parroquia de San Sebastián de Soreasu de Azpeitia fue, el haber encargado el pueblo de Azpeitia en 1742 al insigne maestro Ignacio de Ibero, otro nuevo retablo dedicado al mismo Santo para esta parroquia. Se presentan para la comparación y observación de las influencias, las once pinturas del ciclo iconográfico ignaciano del antiguo retablo que actualmente se conservan en la Basílica de los Santos Mártires San Emeterio y San Celedonio y los grabados impresos en Amberes por orden del padre Pedro de Ribadeneyra en 1610.
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