Resumen
La machinada de 1718 en Guipúzcoa tuvo su mayor incidencia en las
villas de Arechavaleta, Mondragón y Vergara, donde las casas de varias personas
prominentes fueron asaltadas y en algunos casos incendiadas por grupos
de amotinados que les acusaban de connivencia con la orden del traslado
de aduanas del 31 de agosto de 1717.
Estos sucesos tuvieron lugar dos meses después del estallido de la
revuelta en Vizcaya, un lapsus de tiempo en que la Provincia vivió en un clima
de tensión que presagiaba un escenario como el vizcaíno, lo que llevó a la
Diputación Foral a hacer reiteradas peticiones a la Corona de devolver las
aduanas a su emplazamiento anterior para evitar un nuevo motín, sin que la
institución regia atendiera a su demanda.
Por otro lado, concluida la machinada, al contrario que en Vizcaya,
donde la represión del movimiento fue contundente e inmediata, la acción de
la justicia en Guipúzcoa se demoró varios años y, para cuando se hizo efectiva,
muchos de quienes participaron en la misma quedaron sin castigo.
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